HOMENAJE EN EL CONGRESO DE LA NACION - 2005
Reconocimiento a Ramón Navarro
Un
momento único e inolvidable se vivió el martes 17 de mayo en el Salón
de los Pasos Perdidos de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación,
dentro del edificio del Congreso Nacional. Pocos minutos después de las
siete de la tarde, se dio comienzo al acto cultural donde se reconoció
la trayectoria del artista riojano Ramón Navarro.
Entre los asistentes a semejante suceso, estuvieron presentes, entre
otros, Jorge Viñas, Ariel Ramírez, Eduardo Falú, Vitillo Ábalos, Carlos
Lastra, Luis Aguile, Teuco Castilla, Oscar Fresedo, Eugenio Inchausti,
Jorge Marziali, Onofre Paz, Atilio Stampone y Federico De La Vega. Un
centenar de personas completaban la capacidad del lujoso salón. El
público estaba expectante. “Es un rezo a un pueblo”, comentaba un hombre
a su esposa, mientras escuchaba “Mi Pueblo Azul”, obra de Navarro, que
sonaba suave en uno de los parlantes del lugar a la espera del comienzo
del acto. El hombre sacaba su pañuelo y secaba sus lágrimas.
“Buenas noches, bienvenidos a nuestro ciclo Voces de las Provincias, a
esta nueva edición, en el que convocamos a grandes figuras de nuestra
música popular dialogando con aquellos músicos jóvenes que pertenecen a
nuestra vanguardia, a nuestro folklore, a nuestra música. En este ciclo,
nos proponemos homenajear a las figuras centrales de nuestra música”,
arrancaba Gustavo Mozzi, el coordinador del área de cultura de la Cámara
de Diputados de la Nación. “En este caso decidimos reconocer a Ramón
Navarro que ha compuesto obras que pertenecen a nuestra cotidianeidad,
que de alguna manera pasaron a ser obras que uno ya no sabe de quien son
porque son parte de nuestro mundo cotidiano. Ramón Navarro es uno de
los más queridos de nuestro medio, y esto está demostrado en la primera
fila que está completa de grandes glorias de nuestra música popular”,
completaba la bienvenida Mozzi mientras que Falú, Ramírez y Ábalos eran
espectadores de esa primera hilera.
La familia del poeta Héctor David Gatica, hombre que ha compuesto la
“Cantata Riojana” junto a Navarro, también se adherían al
reconocimiento. Otra familia que también lo hacía era la de Armando
Tejada Gómez, a través del centro cultural que lleva su nombre
“participaban de tan merecido homenaje, saluda al amigo, gran cantor y
músico Ramón Navarro, que supo pintar de azul a su pueblo, como Armando
lo hizo con su zamba. Ambos compartieron la amistad y la autoría de
varios temas”.
TRANSCURSO
El Salón era custodiado desde lo más alto de los cuatro laterales por
los escudos de cada una de las provincias que conforman la República
Argentina. El escudo de La Rioja estaba justo, casi al lado del
escenario, como fiel testigo del reconocimiento a un artista que supo
llevar su tierra por todo el país y parte del mundo.
Sandra Ceballos fue la locutora que condujo el evento e hizo una breve
reseña de la vida artística de Navarro, mientras que se preparaba la
sucesión de artistas que iban a interpretar las obras de maestro
riojano. Instantes antes de esa bella maratón, se leyó “Manual de la
Baguala”, un texto del Ariel Ferraro: “Como la flor de la luna, la
baguala ha elegido la noche para nacer, crecer y morir. Madurada en la
pena y en la sabiduría, amarra sus raíces en el mugrón del vino, y se va
por la boca del hombre que la canta, como la mano sola del árbol hacia
arriba. En la jaula de la luna del bombo solitario, crece golpe tras
golpe toda su hechicería, se hace estrella de llanto y alumbra en la
saliva gritos de brote duro, de imbricación y arrimo. La seguirán
cantando hasta el alba los hacheros, y hacia los cuatro rumbos derramará
el delirio, pero cuando el rocío lama el follaje ciego y en las
botellas muertas venga a mirarse el día, será ceniza rota su sabia
condolida, y morirá en la lumbre la flor del coplerío”.
SUCESIÓN ARTÍSTICA
Oriundo de la provincia de Buenos Aires, de la localidad de Olavarría,
compositor y arreglador, que supo acompañar a tantos artistas como Astor
Piazzolla, Horacio Salgán, Chabuca Granda. El pianista Oscar Alem era
el primer artista en subir a saludar musicalmente al maestro riojano
Ramón Navarro. Su piano sonaba claro y fuerte en el salón donde los
pasos parecen perderse. “Chayita del Vidalero”, era la primera
“criatura” de Navarro que empezaba a soltarse desde el escenario. El
maestro reconocido, lo escuchaba desde la primera fila con gran
admiración.
Luego de la primera interpretación de Alem, subió al escenario Laura
Albarracín, artista nacida en la ciudad de La Plata, capital de la
provincia de Buenos Aires. Para cantar eligió dos: “Chaya de los Pobres”
y “Coplas del Valle”. “Dos cosas muy buenas me van a pasar esta noche:
agradecerle en canción a Ramón porque es una de las personas que yo digo
que uno pudo encontrar en esta cosa de cantar, que se junten el valor
musical con el valor humano. Eso lo agradeceré eternamente. Así que
gracias por poder devolverle esta noche con mi presencia, algo de sus
canciones. Muchas gracias Ramón”, decía Laura al borde de la emoción.
Laura se baja del escenario y Alem interpreta un tema más de Navarro.
El clima de fiesta y alegría se había generado inmediatamente en el
salón oscuro. Emociones y recuerdos que ponían la piel de gallina minuto
a minuto. En el intervalo, mientras se preparaban los instrumentos para
la próxima artista, se leyó una carta: “Ramón: me es imposible en este
homenaje que seguro te mereces, porque estoy en Los Angeles grabando
parte de mi disco. Nunca canté una canción más linda que Mi Pueblo Azul.
Es más, estoy pensando en hacer una nueva versión para un próximo disco
porque te aseguro que a todos los que nacimos en un pueblo chico en
esta argentina, no hay canción que nos identifique más que Mi Pueblo
Azul. Te mando un abrazo grande, te deseo lo mejor y contá conmigo”,
escribía desde lejos León Gieco.
El actor Rubén Stella fue convocado al escenario y decía: “En verdad,
francamente conmovido ante quien con la difícil sencillez, logró pintar
al hombre universal desde su lugar, desde su aldea. Así que Ramón, si
logro leer esta pequeñísima letra que tiene este papel, para vos, con
todo mi cariño, respeto y admiración”. Acomodaba su papel y leía: “Cielo
de alfarero. Millares de muchacha de porcelana nueva se han vestido de
luto por el viejo alfarero. Las tazas han tocado silenciosas campanas
por el tacto del hombre que lloran las aldeas. Ha muerto. Sí. Ha muerto,
más no por ello ahora descansarán sus brazos, pues mientras se lo
llevan, por entre viejos robles, hay once ruiseñores, que mueven en la
siesta el torno de la música que le anticipa el cielo”.
A un costado del escenario un cuadro llamaba la atención. Un óleo azul
reflejaba una montaña, árboles, una Iglesia y sobre todo eso, en primer
plano, el rostro de Ramón Navarro empuñando una guitarra. “Ramón de
Chuquis”, tal el título del trabajo que en el año 2002 hizo Julio C.
Agüero, autodefinido como “pintor autodidacta”, de la localidad de
Chilecito, en La Rioja.
Si
hay una artista completa esa es la cordobesa Suna Rocha. Siempre fresca
y alegre, Suna es una de las artistas más importantes de nuestra música
popular argentina. “Muy buenas noches. Realmente para mí es un honor
estar esta noche con todos ustedes, compartiendo este merecidísimo
reconocimiento a un querido amigo, a una persona extraordinaria, porque
como ser humano es un hombre extraordinario. Y qué vamos a decir como
autor, como compositor. Uno de mis privilegiados... yo vengo grabando a
Ramón Navarro desde hace varios años y es por eso que los dos temas que
voy a grabar, creo que los grabé a los veintinueve años, y los sigo
cantando en el mismo tono, así que disculpen si termino agarrada del
techo cantando (risas) Están muy altos...”. “Porque su esperanza nunca
tuvo miedo, ahí va el rey del hacha, quitate el sombrero, que ahí va por
la tarde Don Rosa Toledo (...) Y para las penas inventa alegrías, y su
voz de árbol, áspera y caliente, se le vuelve tierna, si dice María...”,
era un fragmento de “A don Rosa Toledo”, la primera interpretación de
Rocha, que pertenece a Ramón Navarro y a su hijo. “Y eso tiene la
canción popular de hermoso, y es que los autores pueden contar la vida
tan maravillosamente como lo hacen, de personajes reales de carne y
hueso, de gente que existe, de gente que se levanta a la mañana temprano
a hacer este bello país. Seguramente, yo no le pregunté a Ramón con
quien muchas veces he charlado, si él conoció a este personaje, ¿si?
(miraba y preguntaba a Ramón y este afirmaba). Como a todos los
personajes que él ha musicalizado o les ha escrito tan bellamente. Yo
siempre digo que Ramón es un hombre que redondea, los músicos me van a
entender, tan bien los temas con su letra y les pone la música justa,
eso sentimos nosotros los intérpretes, de que pone la música que va en
esa letra. Gracias Ramón, por darnos tanta belleza”, expresaba
emocionada Suna. “Otra mujer, La Palliri, la mujer que junta de la mina
del socavón el hierro que ustedes ven, en esas vasijas de barro
manchadas, con una mancha negra, ese es el hierro que ella muele, al
decir aquí de Manuel José Castilla, con su martillo. En esta bella
poesía y que Ramón ha musicalizado tan bellamente”, introducía Suna
justamente a “La Palliri” otra de las obras de Navarro que musicalizó
sobre la poesía de Manuel José Castilla.
Gran cantidad de nuevos y no tan nuevos valores de la cultura musical
riojana han pasado por Buenos Aires en los últimos tiempos. Por suerte,
los hemos podido conocer y reconocer. Entre otros: Ramiro González, el
dúo Palo Santo, Lapacho Dúo, La Rioja Trío, Libre Voz, Pancho Cabral,
Emiliano Zerbini, La Bruja Salguero y el ya desaparecido y recordado
Chito Zeballos.
Uno de los valores que surgieron en este último tiempo en la provincia
de La Rioja, es Carlos Ferreyra, recitador y reconocido por algunos como
sucesor artístico del Chito Zeballos. En guitarra lo acompañó Hugo
Casas, productor de la “Cantata Riojana”, músico y productor
discográfico. “Muy buenas noches. Feliz y emocionado de poder compartir
nuevamente, porque ya la vez pasada se le ha hecho un reconocimiento
similar, allá, en la provincia de La Rioja, en el cual también
participamos muchos y algunos quedaron allá, pero le traemos el saludo,
el cariño y el afecto de uno de los representantes más importantes que
tiene nuestra música. Don Ramón, muchísimas gracias por su música, por
su Cantata Riojana, por todo lo que significa para nuestra música y para
nosotros, los cantores que llevamos su imagen como una bandera”,
saludaba Ferreyra e introducía poéticamente a su primera interpretación:
“Patios de la Casa Vieja, el de la Rosa china y el limonero, del de la
morera y del jazminero, el del parral junto a la cocina de los matecitos
conversados. Patios que fueron callados testigos de bulliciosas
esperanzas, de sueños y de ilusiones que el tiempo fue dulcemente
enhebrando, para cubrir este manto que dulcemente baja a cobijar los
años, a cubrir las distancias, a calentar el alma hasta marcar a fuego
un recuerdo limpio y nostalgioso, que va prendido a mi vida y va
dictando este canto...”. Como segunda interpretación, luego de la
primera zamba que pertenece en letra y música al propio Navarro, Carlos
Ferreyra eligió la “Chaya del Corcelito”, que el maestro riojano compuso
junto a su hijo: “Yo soy cantor de vidalas, también me gusta opinar.
Chayar es lindo en mi tierra, pero no es solo chayar. No confundo la
alegría con el vino amontonado, de la primera soy dueño y de la segunda
esclavizado...”. Lucio Navarro, era el encargado de la percusión de las
dos interpretaciones del riojano.
Gabriela Navarro,
sobrina de Ramón, en nombre de toda la familia, leía un texto emotivo,
de Ramón Navarro (h), en reconocimiento al maestro.
UNA ENTREGA ESPECIAL
Permaneció sentado en primera fila observando cada movimiento de los
artistas. Habló algunas cosas con Ramón Navarro y poco con Ariel
Ramírez. El salteño Eduardo Falú fue el encargado de entregarle la placa
reconocimiento al artista riojano. “Ésta noche venía de escucha nomás,
pero... ya me están haciendo hablar aquí. Realmente privilegiado para mí
entregarle este recuerdo de este momento, de este día tan importante
para Ramoncito, que se celebran, que se reconoce toda la trayectoria a
la labor como poeta, músico, compositor, en fin. Y como amigo siempre,
que lo tenemos allí en SADAIC, en el directorio, con nuestra inquietud y
todo lo que se puede hacer por los autores y compositores. Así que me
da mucho placer Ramoncito, entregarte esta cosa”, decía Eduardo Falú y
Ramón se acercaba al atril: “Gracias hermano... difícil ponerme a tu
altura (risas). No cabemos los dos acá (más risas y aplausos de los
asistentes)”.
CIERRE IMPECABLE
Para el final el grupo Huerque Mapu fue el encargado de redondear una
tarde noche inolvidable para el gran historial de la música popular
argentina de raíz folklórica. “Buenas noches, para nosotros es más que
un honor estar en este lugar y nada más ni nada menos que homenajeando
al maestro”, expresaban sobre el escenario, antes de hacer la primera
interpretación, la “Zamba del Cercador”, que le pertenece en la poesía
al poeta Ariel Ferraro y en música a Navarro. Fue uno de los momentos
más emotivos: por primera vez, en el acto, se interpretaba “Mi pueblo
azul”. “Me toca por las generales de la ley, ya que es un homenaje que
Ramón le hizo a ese pueblo, que queremos tanto desde la infancia a
Chuquis, el pueblo donde nací y no hay nadie mejor que él para decir una
glosa”, comentaba Lucio Navarro, uno de los integrantes del conjunto.
El
salón vibraba por los aplausos y la ovación del público, mientras que
el gran maestro riojano se acercaba a recitar sobre su obra: “Cuando me
miro adentro, cuando me siento el alma, renacen cerros y cielos azules. Y
renace mi pueblo o tu pueblo, ese lugar del que nunca partimos porque
es imposible alejar el alma de la mágica región donde aprendimos a
querer la vida. Donde vivió nuestra infancia, los secretos, callejones,
las lágrimas, las largas calles sin nombre, el río seco con su lecho de
piedra bramador con las crecientes, las manos y la trenza de doña
Rosario. Los ojos de mi gente, con esa mirada de indagar en
silencio...”. Huerque Mapu interpretaba el tema más reconocido de Ramón
Navarro.
PALABRAS PARA SIEMPRE
“Antes que cantemos la zambita, quería de todo corazón agradecer la
presencia de mis queridos colegas que han venido esta noche de todo
corazón, como así a todo el público presente, a los amigos. Lamento la
ausencia de algunos que lamentablemente no han podido venir. Por suerte
hay parte de mi familia de La Rioja, está mi familia de acá de Buenos
Aires. Quería decir de que el hecho de que esto transcurra, este
reconocimiento transcurra en este escenario, en este lugar, quisiera
decirles simplemente dos cosas, que vienen ahora a mi memoria: en primer
lugar, que agradezco profundamente esto, como ya lo dije antes,
nosotros los que hacemos música, los que hacemos esto, somos creadores,
pero también somos criaturas. Y de alguna manera tenemos, llevamos en
nosotros, los dictados, los mandatos, para muchos de Dios, para muchos y
para todos los mandatos de la naturaleza y para otros, la mayoría, para
todos los que se legislan en este lugar, entonces esta aproximación del
canto, de la música con los legisladores me parece que está muy bueno,
que es una buena idea. Yo creo que juntos, en este país vamos a
encontrar el camino de la belleza que es el camino de la verdad y que es
el camino definitivamente de la justicia social. Muchas gracias a todos
por la presencia”, decía para dejar firmada la historia el riojano
Ramón Navarro.
Todos los artistas que participaron cantando en este reconocimiento
subieron al escenario, para interpretar todos juntos las “Coplas del
Valle”. Muchísima emoción. Un momento histórico, esos irrepetibles. La
fuerza que expulsaba el canto y la energía del ambiente obligó a un bis:
“Chayita del Vidalero”.
Escribe para FolkloreCLUB: Diego Vázquez Comisarenco
FolkloreCLUB…nada más que lo nuestro!El pasado 14 de Marzo de 2014 se celebró el 80 cumpleaños de Ramón Navarro. En su pueblo,"Chuquis" de la provincia de "La Rioja", fueron bautizadas varias de las callecitas con el titulo de canciones de Ramón y fue emocionante todo, sin precedentes al menos en nuestro país, es raro que se nombren calles con títulos de canciones, no tanto lo es con nombre de autores.
LAS CALLES DE CHUQUIS HABLAN DE LAS CANCIONES DE RAMON NAVARRO
UN PUEBLO DE LA RIOJA NOMBRÓ SUS CALLES
CON LAS CANCIONES DE RAMÓN NAVARRO, EN
UN HOMENAJE POR SUS 80 AÑOS DE VIDA
Por María Rosa Di Santo - Fotos: Arturo Ortíz Sosa
Un pueblo montañoso de la provincia de La Rioja impuso el nombre de varias de las canciones de Ramón Navarro en sus calles y callejones, al cumplir el autor, compositor e intérprete más importante de La Rioja 80 años de vida.
Ayer, el pueblo de Chuquis, distante 90 kilómetros al norte de la ciudad de La Rioja, brindó un homenaje especial a uno de sus hijos dilectos: Ramón Navarro.
Por iniciativa de la propia gente, la familia y los amigos del cantautor, se impuso el nombre a varias calles y callejones replicando varias de las canciones compuestas por Navarro que forman parte del cancionero folklórico argentino.
Así, mientras una plaza pasó a llamarse 'La Cantata Riojana', que Navarro compuso con el poeta Héctor David Gatica en la década del 80, las calles desde ahora se llaman 'Mi pueblo Azul'; 'Chayita del Vidalero'; 'Patios de la Casa Vieja'; 'A don Rosa Toledo', entre otras.
Navarro cumplió ayer aquí, en lo que en su obra considera su pueblo natal, los 80 años.
Integró durante varios años el conjunto Los Quilla Huasi, con quienes recorrió el mundo; participó en la obra integral Los Caudillos, y se consagró luego como gran compositor y poeta.
Actualmente integra la comisión directiva de SADAIC.
Anoche, festejó su cumpleaños rodeado de cientos de personas de Chuquis, distintos lugares de La Rioja, Catamarca y Buenos Aires, donde actualmente reside.
Teniendo como telón de fondo la fachada de la pequeña iglesia del pueblo y los imponentes cerros del cordón del Velazco por donde serpentea la Yacurmana, una mítica caída de agua, un Navarro profundamente conmovido fue homenajeado por niños, jóvenes y adultos que con sus cantos y bailes recrearon cada una de las canciones que ahora nombran las calles del lugar.
En medio de esa fiesta popular, a la que cualquiera podía concurrir sin pagar nada, volvió al escenario un fragmento de la Cantata Riojana con casi todos sus protagonistas originales que siguen con vida.
Estuvieron allí el también cantautor Pancho Cabral, los integrantes del Rioja Trío, el guitarrista Luis Chazarreta y Ramón Navarro hijo.
Navarro agradeció al final y con un fraseo que por momentos recordaba al Polaco Goyeneche, volvió a ofrecer una sentida versión de 'Mi pueblo azul', que no pocos ven como el mejor himno para La Rioja.
Al finalizar el homenaje que el pueblo de Chuquis, amigos y familiares de Ramón Navarro, le rindieron al autor el viernes 14 de marzo de 2014, al cumplir 80 años, Ramón ofreció una versión entrañable de 'Mi pueblo Azul'. Filmación de Arturo Ortíz Sosa.
Gracias a Nora por su aporte.
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